Asociaciones: Escuchar, crear y lograr resultados de manera conjunta

Creemos que el progreso se produce cuando diversas voces se unen con un propósito. En un mundo caracterizado por la disrupción y las oportunidades, la colaboración y el diálogo son la manera en que podemos crear soluciones duraderas. Al compartir los conocimientos de nuestros asociados de la sociedad civil, las entidades filantrópicas, los círculos académicos, las organizaciones confesionales, el sector privado y otros ámbitos, tenemos como objetivo ampliar las ideas que inspiran, orientan e impulsan resultados tangibles.

Estas historias ponen de relieve cómo nuestros asociados transforman los objetivos compartidos en resultados reales: crean empleos, empoderan a las comunidades e impulsan el desarrollo donde más se necesita.

Entrevista con Rose Goslinga, cofundadora y presidenta de Pula

Desde Bangladesh hasta Nigeria, la sociedad civil impulsa los empleos para el futuro

Por Rafiu Akinpelu Olaore, director ejecutivo de YEDIS, y Md Arif Raihan Maahi, director de impacto de Devtale Partners y cofundador de Shoktikonna

Cuando pensamos en los empleos y las oportunidades para los jóvenes, una cosa es incuestionable: nadie puede crearlos por sí solo. Como líderes de iniciativas comunitarias en Nigeria y Bangladesh, hemos visto que se generan puestos de trabajo cuando la sociedad civil, el Gobierno y las empresas colaboran estrechamente con organizaciones como el Grupo Banco Mundial. Es en estas alianzas donde la esperanza se convierte en oportunidad, y los jóvenes encuentran la posibilidad de construir su propio futuro.

La perspectiva de Rafiu: YEDIS en Nigeria

En Nigeria, millones de jóvenes ingresan cada año al mercado laboral, pero los puestos de trabajo decentes siguen siendo escasos. Cuando fundamos Youths Enterprise Development and Innovation Society (YEDIS) (i), lo hicimos convencidos de que los propios jóvenes —cuando tienen las habilidades, las herramientas y las redes adecuadas— pueden crear empleos, no solo buscarlos.

Youths Enterprise Development and Innovation Society (YEDIS)

Nuestro recorrido ha demostrado que los emprendimientos rurales, la innovación digital y la agroindustria pueden ser poderosos motores del empleo. Por ejemplo, las cooperativas de aceite de palma dirigidas por mujeres en el estado de Osun no recibían apoyo formal en el pasado. Trabajaban con herramientas rudimentarias, lo que limitaba su productividad, y sus voces no eran escuchadas. Con YEDIS, recibieron capacitación en procesamiento sostenible, marketing digital y gestión financiera. Su grupo, antes marginado, fue reconocido por las autoridades locales, lo que les permitió obtener maquinaria de extracción moderna y acceso a nuevos mercados. Hoy en día, estas mujeres no son solo trabajadoras: dan empleo, son innovadoras y son líderes comunitarias.

Nuestros programas de innovación digital muestran un panorama similar. A través de nuestros programas de tutoría, más de 20 000 jóvenes han pasado de ser usuarios ocasionales de las redes sociales a utilizar la tecnología móvil para el comercio electrónico, los pagos digitales y el desarrollo empresarial. Algunos ahora tienen tiendas de moda en línea, mientras que otros han creado negocios relacionados con logística y diseño creativo. Estos emprendimientos contribuyen a una economía digital local que resulta cada vez más atractiva para los inversionistas.

Pero esta transformación no sería posible sin las alianzas. Colaboramos con Gobiernos, instituciones internacionales y el sector privado. Creamos soluciones en conjunto con las comunidades, asegurándonos de que la capacitación se base en las realidades locales. Creemos que el papel de la sociedad civil es liberar el potencial, conectar a los desatendidos con las oportunidades y abogar por políticas que permitan el florecimiento de la iniciativa empresarial.

La perspectiva de Maahi: Shoktikonna en Bangladesh

En Bangladesh, la historia es diferente, pero ilustra la misma lección: la generación de empleos requiere acciones conjuntas. Cuando creamos Shoktikonna (i), que significa “mujer poderosa”, estábamos respondiendo a una brecha evidente en el sector de la energía. A pesar del papel central de las mujeres en la transición verde, en el sector predominaban los hombres.

Shoktikonna in Bangladesh

En Asia meridional, la transición hacia la energía limpia está abriendo nuevas oportunidades; sin embargo, las mujeres apenas ocupaban un tercio de los puestos de trabajo en este campo, a menudo en cargos administrativos. Si se excluyera a las mujeres de las funciones técnicas y directivas, la transición no sería justa, inclusiva ni sostenible.

Shoktikonna trabaja para romper ese ciclo. Nuestros grupos de líderes combinan capacitación técnica en energía renovable, movilidad eléctrica y mercados de carbono con tutorías, creación de redes y exposición a proyectos reales. Jóvenes graduadas como Puja, Ruthila y Nishi, que lidiaban con estereotipos de género, introversión o falta de confianza, se han convertido en ingenieras, coordinadoras de proyectos y asesoras en destacadas organizaciones. Hoy en día, el 87 % de las jóvenes que han finalizado la capacitación trabajan en puestos relacionados con la energía verde o cursan estudios superiores.

Uno de los logros de los que nos sentimos más orgullosos es la forma en que los asociados de la industria han adoptado esta visión. Empresas como Solshare y Grameen Shakti ahora contratan a nuestras graduadas, no por caridad, sino porque reconocen sus talentos, habilidades y potencial de liderazgo. Junto con socios del sector privado, estamos creando el primer portal de empleos verdes de Bangladesh, para garantizar que las mujeres jóvenes tengan acceso directo a las nuevas oportunidades.

El papel de la sociedad civil en este caso es catalizador: preparamos la reserva de talentos, fomentamos la confianza y cambiamos los discursos culturales. Luego, el sector privado toma la iniciativa en la creación de empleo y la ampliación de la innovación.

Nuestra visión compartida: Crear empleos mediante las asociaciones

La sociedad civil entrega confianza y conocimientos locales. El sector privado aporta mercados y escala. Instituciones como el Grupo Banco Mundial proporcionan apoyo. Y los Gobiernos crean las condiciones para que todos prosperen. Cuando estas fuerzas se unen, los jóvenes no solo encuentran trabajo: encuentran también un propósito y dignidad.

El futuro del trabajo en nuestras regiones depende de esta sinergia. En Nigeria significa ayudar a los emprendedores rurales a vincular las habilidades digitales con el financiamiento y los mercados. En Bangladesh implica garantizar que las ingenieras lideren la transición verde, configurando las tecnologías del mañana. Y, en todas partes, se traduce en formular políticas basadas en la experiencia vivida, y hacer que la iniciativa empresarial sea menos riesgosa, que la innovación sea más provechosa y que la inclusión sea la norma en lugar de la excepción.

Puede que seamos organizaciones pequeñas, pero nuestras historias muestran lo que es posible. YEDIS comenzó con solo unos pocos jóvenes en comunidades desatendidas; hoy en día, ha beneficiado a decenas de miles. Shoktikonna partió con 45 mujeres; en la actualidad, las graduadas están impulsando la economía verde de Bangladesh.

Desde los campos de mandioca en Nigeria hasta los paneles solares instalados en los techos en Bangladesh, el mensaje es claro: cuando las alianzas impulsan la acción, se crean nuevos puestos de trabajo. Y cuando los empleos son inclusivos y sostenibles, las comunidades se desarrollan y crecen juntas.

Entrevista con Rose Goslinga, cofundadora y presidenta de Pula

Pula es una compañía de seguros y tecnología que diseña y ofrece seguros y productos digitales para ayudar a los pequeños agricultores de África y otros mercados emergentes a gestionar los riesgos y aumentar sus ingresos.

Alexander is a retired farmer in Wote, a sub-county area in Makueni County. He is one of the selected few farmers who share rain data with the Kenya metrological department. He has a rain gauge in his farm which he uses to capture the data everytime it rains. This data is shares through a whatsapp group.

Desde su creación en 2015, Pula, entidad que recibió inversiones de la Corporación Financiera Internacional (IFC), se ha asociado con más de 110 compañías de seguros y reaseguros y 70 distribuidores de todo el mundo para llegar a más de 15 millones de agricultores. Los seguros agrícolas brindan a los agricultores protección financiera contra las pérdidas de producción causadas por fenómenos naturales, como sequías, lluvias excesivas, plagas y enfermedades.

[Sara Haddad, Banco Mundial] Rose, gracias por acompañarnos. Pula utiliza la tecnología para monitorear los cultivos y determinar cuándo se debe pagar un seguro. ¿Puede darme un ejemplo de cómo esto ayuda a los pequeños agricultores a gestionar el riesgo y recuperarse de las pérdidas?

[Rose Goslinga] Desde hace 18 años que trabajo con agricultores, quienes enfrentan riesgos enormes: sequías, inundaciones, plagas, langostas. En la actualidad, Pula opera en 13 mercados de África, y hemos visto que los seguros tradicionales en general no resultan adecuados para los pequeños agricultores. En Estados Unidos, las primas tradicionales de los seguros agrícolas pueden costar USD 15 000, pero los pequeños agricultores pagan USD 10 por menos de una hectárea. Para brindarles servicios de manera sostenible, nos apoyamos fuertemente en la tecnología.

Utilizamos datos satelitales para agrupar a los agricultores por microclima y detectar pérdidas, que verificamos mediante visitas aleatorias a las fincas. Recurrimos a jóvenes locales que utilizan nuestra aplicación para teléfonos inteligentes para llevar adelante cosechas estandarizadas. Esto crea trabajos esporádicos y a la vez nos proporciona datos precisos sobre el rendimiento.

Cada año, aseguramos a unos 5 millones de agricultores y visitamos unas 30 000 explotaciones agrícolas, con lo que damos empleo a unos 1500 jóvenes. Este enfoque no solo posibilita la emisión de seguros a gran escala, sino que también fomenta la confianza, ya que los agricultores ven que alguien de su comunidad recopila los datos que determinan sus pagos.

[Sara Haddad, Banco Mundial] ¿Está trabajando en el desarrollo de alguna otra tecnología o analizando alguna otra tecnología que ayude a los pequeños agricultores a gestionar mejor las crisis relacionadas con el clima?

[Rose Goslinga] Sí. Los riesgos de los pequeños agricultores van evolucionando: no solo las sequías o las inundaciones pueden destruir los medios de subsistencia, sino también las enfermedades de los cultivos. Por ejemplo, en el sector del cacao, los productores a veces no saben si talar un árbol o tratar de salvarlo, y esa decisión puede significar perder entre dos y cinco años de ingresos hasta que crezca un nuevo ejemplar.

Las nuevas tecnologías, como la inteligencia artificial y las herramientas de visión artificial, permiten que un agricultor tome una foto de un árbol de cacao y vea rápidamente si está sano o infectado. También estamos utilizando la tecnología de blockchain (cadena de bloques) y stablecoins (criptomonedas estables) para agilizar los pagos de seguros. Como los sistemas de seguros están fragmentados, transferir los fondos puede llevar tiempo. Estas herramientas ayudan a mover el dinero de manera segura y rápida para que los agricultores reciban sus pagos cuando más los necesitan. Por último, nos centramos en la escala: para que tengan un impacto real, las innovaciones deben llegar a millones de personas siempre, no solo en los proyectos piloto.

[Sara Haddad, Banco Mundial] ¿Hay alguna innovación tecnológica que no exista todavía (o que no se esté utilizando en este sector) que le gustaría que se desarrollara o se aplicara para ayudar a los agricultores elevar su productividad?

[Rose Goslinga] Creo que una de las mayores innovaciones que hemos introducido recientemente no tiene que ver solo con la tecnología, sino con el funcionamiento de todo el sistema. Comenzamos como una empresa de tecnología de seguros: diseñábamos productos de seguros y trabajábamos con Gobiernos, bancos y aseguradoras locales para ayudar a los agricultores a adoptarlos. Cuando IFC invirtió en nosotros en 2023, una de las áreas clave que queríamos desarrollar era la de los reaseguros, por lo que recientemente creamos una compañía dedicada a eso.

El objetivo es integrar realmente la cadena de seguros. Cuando se utilizan herramientas como las stablecoins para mover los pagos, se necesita que todo el proceso esté conectado, desde la suscripción hasta el desembolso. Dado que asumimos parte de ese riesgo nosotros mismos, tenemos más control y podemos hacer llegar los pagos a los agricultores con mayor rapidez.

La innovación no consiste siempre en inventar nuevas tecnologías, sino también en racionalizar procesos para que la tecnología que desarrollamos genere resultados sobre el terreno de manera eficiente.

[Sara Haddad, Banco Mundial] En la próxima década, más de 1000 millones de jóvenes se incorporarán a la fuerza laboral. ¿Cómo podemos ampliar las oportunidades para los jóvenes en la agroindustria?

[Rose Goslinga] El empleo es fundamental para el sector agrícola. En toda África, la agricultura está envejeciendo, y hay muchos jóvenes que simplemente no ven en esa actividad una forma clara y estable de ganarse la vida.

Lo que hemos aprendido en Pula es que los seguros, los sistemas gubernamentales y los registros de agricultores deben trabajar en conjunto. Sin un buen registro, no se sabe a quién pagar, quién está asegurado o quién reúne las condiciones para recibir un crédito. El desarrollo de estos sistemas crea puestos de trabajo. En Uganda, trabajamos con el Gobierno para registrar a alrededor de 1,5 millones de caficultores. Esto significó contratar a 4500 jóvenes para recopilar datos, quienes luego encontraron trabajo adicional haciendo encuestas de seguros, evaluaciones de reclamos y tareas referidas a la trazabilidad de las exportaciones.

Creo que la digitalización impulsará la próxima ola de empleos en el sector agrícola. Los agricultores necesitan agentes que les expliquen cómo funcionan las herramientas digitales, los préstamos y los seguros. Cuando los productores más jóvenes adoptan tecnologías, las explotaciones agrícolas se vuelven más productivas, lo que convierte a la agricultura en una carrera moderna y viable.

[Sara Haddad, Banco Mundial] ¿Qué más pueden hacer los asociados como el Grupo Banco Mundial para estimular la innovación en el sector agroindustrial y ayudar a empresas como Pula —y a los pequeños agricultores a quienes brindan servicios— a tener éxito?

[Rose Goslinga] La colaboración en todo el Grupo Banco Mundial es fundamental. Pero en la agricultura, que genera empleo y seguridad alimentaria, la integración entre el sector privado y los Gobiernos es esencial.

En Pula, aseguramos cada año a 5 millones de agricultores a través de asociaciones público-privadas. En Zambia, aproximadamente una de cada tres personas tiene nuestro seguro gracias a que establecimos asociaciones con ministerios y entidades de crédito.

El Grupo Banco Mundial puede ayudar a conectar la inversión privada y la participación de los Gobiernos, garantizando que las innovaciones alcancen gran escala. El crecimiento agrícola depende de la presencia de alianzas público-privadas y de políticas sólidas. En nuestro caso, los seguros generan resiliencia. No resuelven todo, pero constituyen un avance concreto.

El crecimiento sostenido de la productividad puede reducir los costos de los alimentos, liberando así ingresos de los hogares e impulsando un desarrollo económico más amplio.

[Sara Haddad, Banco Mundial] Gracias, Rose, por esta conversación.

Entrevista a Peter Materu, director de programas de la Fundación Mastercard

Peter Materu, de la Fundación Mastercard, y Abebe Adugna, director regional de Prosperidad para África occidental y central del Banco Mundial, conversan sobre inclusión financiera, empleo y oportunidades digitales para los jóvenes africanos.

Partner Peter Materu -Mastercard Foundation

[Abebe Adugna] Gracias, Peter, por acompañarme. A pesar de los años de esfuerzos, el nivel de inclusión financiera en África sigue siendo bajo, especialmente entre las mujeres, los jóvenes y las comunidades marginadas. ¿Cuáles son los principales obstáculos? ¿Hay ejemplos de asociaciones que hayan ayudado a avanzar en esta área?

[Peter Materu] Gracias, Abebe. África ha logrado grandes progresos en lo que respecta a la inclusión financiera, pero el uso sigue siendo escaso y desigual. La mayor limitación surge de la infraestructura digital: muchas zonas rurales aún carecen de acceso confiable, y la inversión ha sido escasa. Solo alrededor del 30 % de los adultos posee teléfonos inteligentes, lo que limita el acceso a los pagos digitales, en especial en el caso de las mujeres, que van unos 10 puntos porcentuales por detrás de los hombres.

También necesitamos sistemas de pago interoperables para que los usuarios puedan mover dinero fácilmente entre plataformas y los nuevos actores puedan competir. También persisten los obstáculos bancarios tradicionales: los requisitos referidos a las garantías dejan fuera a los jóvenes y a los grupos de bajos ingresos. Estamos trabajando para cambiar esta situación a través de mecanismos de distribución del riesgo y soluciones crediticias digitales que hacen viables los préstamos a los jóvenes.

La inclusión es fundamental para la misión de la Fundación Mastercard. Desde 2018, hemos comprometido alrededor de USD 3400 millones, que beneficiaron a más de 25 millones de personas y movilizaron más de USD 700 millones en inversión privada. Nos asociamos con bancos como Equity y KCB en Kenya y Absa en Ghana para respaldar préstamos sin garantía destinados a los jóvenes. En Etiopía, nuestro socio Kifiya utiliza datos digitales para generar historiales crediticios, y en Uganda GnuGrid lleva adelante una labor similar.

También promovemos la inclusión financiera de las mujeres a través del Fondo para el Crecimiento de África, que respalda fondos de inversión dirigidos por mujeres y ayuda así a movilizar capital y a cambiar las percepciones respecto de África como destino de inversiones.

Por último, con nuestro Fondo de Inversiones Catalizadoras para África brindamos apoyo a pymes en fase de crecimiento, lo que complementa nuestra labor con pequeñas empresas. Al demostrar que las empresas africanas son competitivas y que constituyen inversiones viables, buscamos también cambiar la narrativa sobre los mercados y los emprendedores africanos. Ningún actor puede resolver esto por sí solo, pero esperamos que nuestros esfuerzos sirvan de aliciente para atraer más inversiones hacia las finanzas inclusivas.

[Abebe Adugna] Su fundación se ha fijado un objetivo ambicioso: lograr que 30 millones de jóvenes africanos accedan a un trabajo digno para 2030. Es una meta audaz e inspiradora. ¿Cuál es su enfoque para alcanzarla? ¿Se están desarrollando modelos ampliables?

[Peter Materu] Sí, asumimos ese compromiso en 2018 para obligarnos a salir de nuestra zona de confort. Hasta ahora, hemos logrado que más de 19 millones de jóvenes accedan a trabajos dignos, y vamos camino a alcanzar los 30 millones en 2030. Pero incluso esa cifra es solo una pequeña fracción de lo que se necesita: para entonces, más de 500 millones de jóvenes africanos estarán buscando oportunidades. Debemos actuar con mayor rapidez mientras la ventana demográfica permanezca abierta.

Nos centramos en tres prioridades.

En primer lugar, la educación (en particular, la secundaria, que es una vía fundamental para llegar al empleo, y la formación técnico-profesional) debe estar en consonancia con las necesidades del mercado laboral.

En segundo lugar, las habilidades y la empleabilidad. Muchos jóvenes terminan la escuela pero no pueden hacer la transición hacia el mundo del trabajo. Nos asociamos con entidades como el Grupo de Líderes Africanos para ofrecer programas breves en áreas tales como ciberseguridad, sistemas de datos e inteligencia artificial, de modo de vincular directamente a los graduados con los empleadores.

En tercer lugar, el paso de los proyectos a los programas. El trabajo digno no implica una única intervención. Es un viaje que va desde la adquisición de habilidades hasta la búsqueda de empleo y el progreso laboral. Invertimos en instituciones y abordamos obstáculos sistémicos como las deficiencias normativas, el acceso limitado a los mercados y las formas de pensar obsoletas.

También hacemos hincapié en la capacidad de acción, es decir, ayudamos a los jóvenes a creer en su propia capacidad de forjar su futuro. Para quienes viven en entornos pobres o rurales, ese cambio de mentalidad puede ser transformador.

[Abebe Adugna] Usted hizo hincapié en la educación y las habilidades, pero muchas economías, incluso si cuentan con personas talentosas, carecen de empresas capaces de contratar personal o de crecer. ¿El principal desafío se ubica en el lado de la oferta (habilidades y preparación) o en el de la demanda, es decir, en la escasez de oportunidades de empleo?

[Peter Materu] Ambos aspectos son fundamentales, y tratamos de abordarlos a la vez. A menudo decimos que debemos conocer a los jóvenes en los sitios donde se encuentran y recorrer el camino junto con ellos. Esa tarea comienza con la educación y el desarrollo de las habilidades pertinentes.

Lo siguiente es conectar a los jóvenes con las oportunidades, vinculando la capacitación directamente con los empleadores o los emprendimientos. Pero el lado de la demanda es igual de importante: solo 2 o 3 de cada 10 jóvenes africanos que ingresan a la edad adulta encuentran un empleo asalariado formal. Por este motivo, los emprendimientos se vuelven esenciales. La mayoría de los 19 millones de jóvenes a los que hemos brindado apoyo encontró trabajo a través del empleo por cuenta propia.

Para que esto sea sostenible, nos asociamos con bancos y utilizamos mecanismos de distribución de riesgos de modo que puedan otorgar préstamos a jóvenes emprendedores que no disponen de garantías. Cuando las instituciones financieras consideran que pueden invertir en los jóvenes, todo el ecosistema crece, y es así como se crean empleos a gran escala.

[Abebe Adugna] Usted mencionó la tecnología digital varias veces. En vista de que la revolución digital y la inteligencia artificial están reconfigurando la economía mundial, ¿cómo ve las promesas y los riesgos que esto plantea en África? ¿Y cómo pueden aprovechar mejor estas herramientas los países?

[Peter Materu] Suelo decir que los conocimientos digitales se han convertido en la cuarta dimensión de la alfabetización básica: son esenciales en todos los sectores. Ya sea en el ámbito de las finanzas, la agricultura, la educación o las industrias creativas, la tecnología digital es ahora fundamental, y con la inteligencia artificial, su importancia continúa creciendo.

El principal desafío sigue siendo la infraestructura, en especial en las zonas rurales. Incluso cuando hay infraestructura, la asequibilidad es un obstáculo: debido a los elevados costos de los datos y la banda ancha, muchas personas no acceden a Internet. También necesitamos sistemas interoperables para conectar a los usuarios en distintas plataformas.

Los marcos normativos varían de un país a otro, pero muchos Gobiernos ahora reconocen la urgencia de la transformación digital. Es ahí donde el Grupo Banco Mundial puede desempeñar un papel clave, apoyando el desarrollo de infraestructura, ampliando el acceso y creando entornos donde la innovación pueda prosperar.

En última instancia, los avances dependerán de la colaboración que se logre entre los Gobiernos, los actores privados y los asociados en la tarea del desarrollo para garantizar que los beneficios digitales lleguen a todos.

[Abebe Adugna] África enfrenta un panorama complejo en el área del desarrollo: crecimiento demográfico, escasez de empleo, aumento de la deuda y disminución de la ayuda. ¿Cómo pueden las organizaciones como la Fundación Mastercard y el Banco Mundial trabajar en conjunto de manera más eficaz? ¿Es necesario introducir cambios en las políticas o en la programación?

[Peter Materu] Para 2050, la mayor parte de la población mundial en edad de trabajar vivirá en África. El margen para prepararse para ese futuro se está cerrando rápidamente, por lo que la colaboración es fundamental.

Nuestro objetivo en la Fundación Mastercard es ampliar el impacto con mayor agilidad e inclusión. Pero para hacer frente a los desafíos de África, necesitamos asociados que compartan nuestro propósito, lo que hace que la colaboración con el Banco Mundial sea tan valiosa.

Ya hemos trabajado juntos a través del Grupo Consultivo de Ayuda a los Pobres (CGAP), promoviendo los pagos digitales y la inclusión en toda África, y en iniciativas de tecnología educativa, ayudando a emprendedores que buscan integrar las herramientas digitales en las aulas para que los jóvenes adquieran conocimientos digitales tempranamente.

Estas alianzas pueden profundizarse y ampliarse. Confío en que, con un liderazgo sólido y un propósito común, juntos podremos lograr mucho más.

[Abebe Adugna] Gracias, Peter. Nos encantaría continuar con esta charla, especialmente en lo que respecta a la inclusión financiera en Kenya, Ghana y Etiopía. Planifiquemos un segundo encuentro con nuestros equipos.

[Peter Materu] Desde luego, será un placer. Tengo mucho interés en hablar no solo sobre qué podemos hacer juntos, sino también cómo. Ahí es donde radica el verdadero desafío... y la oportunidad.

El futuro del empleo en África debe ser inclusivo

Un empleo es algo más que un salario. Es una vía hacia la dignidad, la inclusión y la transformación. Para los jóvenes africanos, los empleos conectan el potencial con la prosperidad. Pero a menos que repensemos cómo diseñamos, creamos y distribuimos los puestos de trabajo, estos seguirán estando fuera del alcance de muchos.

Hoy en día, la mayoría de los empleos no proporcionan ingresos justos, seguridad u oportunidades de crecimiento, según el índice de calidad del empleo de ACET, que se publicará próximamente.

Cuando analicemos el tema del empleo en las Reuniones Anuales de este año, vamos a recordar una simple verdad: la transformación económica sostenible debe incluir a todos.

Cada año, entre 10 millones y 12 millones de jóvenes africanos ingresan al mercado laboral. Para 2050, África necesitará más de 70 millones de nuevos puestos de trabajo anuales para satisfacer la demanda de los empleadores. En la actualidad, solo se crean 3,1 millones de empleos formales, por lo que millones de personas siguen desempleadas o trabajan en el sector informal. Incluso en los puestos de trabajo formales, a menudo, los salarios y beneficios son inadecuados.

Demasiados, especialmente mujeres, jóvenes de zonas rurales y personas con discapacidad, no tienen ninguna oportunidad.

En 2023, 29,9 millones de jóvenes africanos estaban desocupados, en tanto que más de 100 millones seguían estando subempleados en trabajos precarios o informales. En algunos países, las tasas de desempleo juvenil superan el 35 %, lo que fomenta la inestabilidad y la migración.

Pero en medio de los desafíos hay oportunidades extraordinarias.

Próximamente, África albergará a la mayor fuerza laboral del mundo. Si invertimos en los sistemas adecuados, la fuerza de trabajo de África sustentará cada vez más el crecimiento mundial en un mundo en que la población envejece rápidamente.

De la retórica a la reforma

En ACET, creemos que una reforma significativa comienza con sistemas apropiados. En los últimos dos años, hemos trabajado con Gobiernos, instituciones de capacitación, empleadores y asociados en la tarea del desarrollo en Ghana, Rwanda, Uganda, Côte d'Ivoire, Etiopía y Níger para lograr que la educación y formación técnica y profesional (EFTP) (i) se reposicione como un motor del crecimiento inclusivo.

Lo que aprendimos fue revelador.

Aunque más de 600 000 jóvenes están matriculados en instituciones de EFTP en esos países, solo uno de cada cinco es mujer. Entre el 70 % y el 90 % de las instituciones africanas de EFTP son públicas, pero los países invierten en ellas menos del 5 % de sus presupuestos educativos, muy por debajo del 10 % al 20 % recomendado por la Unesco.

Lo más preocupante es que menos del 15 % de los programas de capacitación reciben aportes de los empleadores, y menos de una cuarta parte de todos los programas incorporan habilidades digitales o relacionadas con la economía verde. Esto a pesar de la creciente demanda de conocimientos especializados en tecnología de la información y las comunicaciones (TIC), energía limpia y agricultura climáticamente inteligente.

Sin embargo, hay señales de cambio. Rwanda está creando consejos nacionales piloto para alinear los programas de capacitación con las necesidades del mercado laboral. Ghana está incorporando las habilidades digitales y climáticas en su plan de estudios nacional de EFTP. Y artesanos experimentados y del sector informal están obteniendo mayor acceso a certificaciones en Uganda.

También observamos un creciente impulso en torno al financiamiento basado en el desempeño: los fondos para las instituciones de EFTP se vinculan a resultados como las tasas de empleo, la igualdad de género y las asociaciones con la industria. Estos cambios normativos apuntan a un ecosistema más receptivo, responsable e inclusivo.

La inclusión debe ser deliberada

La inclusión no ocurre por accidente. Debemos incorporarla en todas las políticas y programas.

En la actualidad, más de uno de cada cuatro jóvenes en África subsahariana no va a la escuela, no trabaja ni recibe capacitación. Las mujeres jóvenes y las personas con discapacidad enfrentan obstáculos aún mayores: limitado acceso a programas de formación, problemas de seguridad y altas expectativas sociales. Los jóvenes de zonas rurales suelen vivir lejos de los centros de trabajo y las oportunidades de capacitación.

Mientras tanto, la mayoría de los trabajadores africanos están empleados en el sector informal, que potencia nuestras economías, pero que rara vez se incluye en los programas de capacitación formales o en los planes laborales.

Si queremos abordar la crisis del empleo, debemos empezar por los que suelen ser excluidos con mayor frecuencia. Eso significa hacer que la capacitación sea flexible, local y accesible. Además, implica utilizar mejores datos y colaborar con las comunidades, no solo con las instituciones.

Un momento mundial para la acción colectiva

A medida que África se convierte en la región más joven y con la tasa más rápida de urbanización, la necesidad de actuar con urgencia nunca ha sido mayor. Si los jóvenes de África prosperan, el mundo prospera con ellos, porque su futuro depende del progreso global.

Instamos a nuestros asociados de todo el mundo a invertir en programas de reforma impulsados por África y basados en pruebas, ampliar las iniciativas eficaces y priorizar la equidad como un principio básico.

ACET mantiene su compromiso de proporcionar a cada joven de África —a todos, en todas partes— una oportunidad real de un trabajo decente y digno.

El futuro de África será mejor cuando todos estén incluidos.

Plantar semillas para crear empleos, comunidades y resiliencia en el oeste de Kenya

Kevin Makova, Founder & CEO of Forezava, 2024 Max Thabiso Edkins Climate Ambassador

Cuando plantas una semilla, debes asegurarte de que reciba la nutrición necesaria y luego confiar en que crecerá. Lo mismo ocurre con el empleo. Hace siete años, cuando tenía 24 años, reuní a un grupo de amigos de mi aldea en el oeste de Kenya para crear Forezava. Esta plataforma proporciona a los jóvenes y las mujeres las habilidades, los recursos y las oportunidades para dirigir pequeños emprendimientos que generan ingresos y beneficios para la comunidad.

Provengo del condado de Vihiga, una zona predominantemente rural donde es difícil conseguir un trabajo digno y la agricultura de la que dependemos se ve amenazada por la degradación ambiental. Mi experiencia es en educación, y como maestro solía ver a mis estudiantes y preguntarme, ¿cómo ayudamos a los jóvenes a permanecer dentro de sus comunidades y generar oportunidades para sí mismos aquí? Quería dar visibilidad a las ideas de los jóvenes sobre lo que necesitan nuestras comunidades y beneficiar directamente a los jóvenes involucrados. En mi opinión, se trata de establecer conexiones y empoderar a la próxima generación para que aborde los problemas locales a su manera.

Desarrollamos Forezava en torno a un simple consejo que recibí una vez: hay que empezar ya. Si ves un problema o una oportunidad en tu comunidad, simplemente comienza. Todo lo que puedas hacer hoy, hazlo hoy; todo lo que puedas hacer ahora, hazlo ya. Con el tiempo, los conocimientos y las habilidades se acumularán y, poco a poco, te encontrarás rodeado de un ecosistema de apoyo.

Forezava se basa en la confianza: creemos que los jóvenes comprenden las necesidades de sus comunidades y conocen sus propias fortalezas. Posteriormente, les brindamos el apoyo que necesitan para implementar soluciones pertinentes y prácticas que ayuden a crear empleos y generar resiliencia.

Uno de nuestros programas es la Iniciativa para el Desarrollo de Emprendimientos Comunitarios, que trabaja con jóvenes como Lavine, quien regresó a casa tras graduarse de un programa de topografía. Después de ayudarla a iniciar su propia empresa emergente, organizamos un evento comunitario para presentar a las partes interesadas locales el nuevo negocio de Lavine y mostrar de qué manera sus servicios como topógrafa podrían ayudarlas. Otra persona joven a la que hemos apoyado es Adika, que quería utilizar su pequeña parcela para generar ingresos, pero no sabía por dónde empezar. Lo ayudamos a analizar diversas posibilidades, y luego lo guiamos en el proceso de registro de su propio negocio y la apertura de una cuenta bancaria. En los tres años que llevamos trabajando juntos, ha transformado su tierra en una granja modelo que produce hortalizas, plátanos, flores y plántulas para árboles autóctonos y frutales. El negocio de Adika no solo le permite mantener sus propios medios de subsistencia, sino que también dar empleo a otros jóvenes y transferir valiosos conocimientos agrícolas a una nueva generación.

Desde que comenzamos Forezava en 2018, he visto un gran cambio en mi comunidad. Hemos capacitado a más de 5000 personas, apoyado a 50 grupos de jóvenes y mujeres para establecer granjas climáticamente inteligentes, plantado más de 100 000 árboles y restaurado 10 kilómetros de tierras ribereñas para fortalecer la seguridad alimentaria y la resiliencia. Diez clubes escolares afiliados están llevando la conservación a las aulas, mientras que otras iniciativas de Forezava integran las artes visuales, los deportes y las tecnologías de cadena de bloques (blockchain) para impulsar la innovación y aumentar la conciencia ambiental. He visto a los jóvenes con los que hemos trabajado diseñar sus propias plataformas y volverse independientes.

Forezava muestra lo que es posible cuando se apoya a las comunidades para que creen sus propias soluciones a los problemas locales que enfrentan. Necesitamos contar más historias sobre las ideas y soluciones transformadoras, pero a menudo simples, que ya están surgiendo a nivel comunitario. Tomemos, por ejemplo, nuestro proyecto Seed2Tree, en el que llevamos a los jóvenes al bosque para recolectar semillas autóctonas y luego plantarlas en la Granja Forezava. Una vez que se convierten en plántulas, las vendemos en la comunidad para generar ingresos y, al mismo tiempo, regenerar los ecosistemas locales. En nuestra aldea, este tipo de trabajo sencillo y necesario se ha llevado a cabo de manera constante y continua durante generaciones.

Las oportunidades que existen dentro de las comunidades locales son inmensas. Los jóvenes no solo tienen muchas ideas, sino que ya están aportando soluciones en las que vale la pena invertir.

Promover el empleo juvenil: Un enfoque que funciona

Mona Mourshed is the founding CEO of Generation: You Employed

El empleo es una de las herramientas más poderosas para poner fin a la pobreza. Los ingresos obtenidos en un trabajo aumentan la capacidad de las personas para satisfacer las necesidades de la vida diaria, ahorrar y apoyar a sus seres queridos.

Sin embargo, a pesar de las decenas de miles de millones de dólares en gasto público y social anuales destinados a preparar a los jóvenes desempleados para el ingreso a la fuerza laboral, las tasas de empleo a menudo son bajas. Para cambiar esta dinámica decepcionante es necesario reestructurar los programas laborales y vocacionales y focalizarse en el empleo, no solo en la capacitación, y que duren semanas en lugar de años. Esto es aún más urgente a medida que la inteligencia artificial (IA) causa cambios rápidos en el volumen y los tipos de puestos de trabajo disponibles en todo el mundo.

Generation (i), la entidad que dirijo, es una organización global sin fines de lucro que ofrece formación y oportunidades de nuevas carreras profesionales a adultos en todo el mundo. Nuestra labor se realiza en 17 países (de América Latina, África y Asia) y trabajamos en 40 profesiones y con 22 000 empleadores. Desde nuestros inicios en 2015, se han graduado 142 000 personas. Más del 70 % de nuestros graduados cuentan con educación secundaria o formación profesional, la mitad son mujeres y el 88 % tienen entre 18 y 29 años. Además, el 90 % de los estudiantes no tienen empleo cuando inician nuestros programas, y la mitad de ellos son personas que llevan mucho tiempo desempleadas.

Hemos visto que la mayoría de los programas laborales y de formación profesional se centran sobre todo en la capacitación y se registra una baja participación de los empleadores. En Generation, la formación es solo una parte de nuestro enfoque más amplio para ayudar a los jóvenes desempleados a tener acceso y mantener un empleo con un salario necesario para vivir. Nuestra metodología (i) de siete pasos comienza con la recopilación de ofertas de trabajo. Luego, enrolamos a los estudiantes e impartimos un programa profesional que dura entre 6 y 16 semanas e integra habilidades técnicas y conductuales y maneras de pensar que serán útiles en las actividades laborales de nuestros graduados. Además de la capacitación, también ofrecemos servicios de apoyo social, como tutorías. Una vez finalizado el programa, los empleadores entrevistan a nuestros graduados para contratarlos. Seguimos interactuando con nuestros exalumnos cuando están empleados y fomentamos un sentido de comunidad entre ellos.

Después del término del programa, hacemos un seguimiento del empleo, los ingresos y el bienestar de nuestros graduados: a los tres meses, seis meses, un año y, luego, anualmente por un plazo de cinco años. Hasta la fecha, hemos recopilado 57 millones de puntos de datos que abarcan este período de tiempo. Los datos nos ayudan a entender si nuestros graduados están experimentando movilidad económica para sí mismos y sus familias, y rompiendo así el ciclo de la pobreza intergeneracional. La mayoría de los programas vocacionales y laborales no monitorean los resultados a mediano y largo plazo, porque creen que es difícil y costoso. Pero no tiene por qué ser así. En Generation, el seguimiento de los resultados a lo largo del tiempo tiene un costo de solo el 1 % del gasto total por estudiante del programa.

¿Cuál es el resultado? Al cabo de tres a seis meses de haber finalizado el programa, el 83 % de los graduados de Generation han conseguido un empleo. Estos resultados son duraderos en el tiempo: de dos a cinco años después de la graduación, el 76 % de los egresados de Generation permanecen empleados, el 80 % de los exestudiantes que están trabajando pueden satisfacer sus necesidades de la vida diaria, y el 73 % recibe un sueldo superior a un salario digno. Nuestros graduados han ganado acumulativamente USD 2000 millones en salarios hasta la fecha.

Trabajamos con 10 Gobiernos de todo el mundo. Por ejemplo, en India, Generation colabora con entidades nacionales y estatales en una alianza público-privada financiada tanto por el Gobierno como por entidades filantrópicas. El Banco Mundial y el Gobierno financiaron de manera conjunta el primer proyecto piloto (i) de Generation India. Esta asociación implica un cambio en la forma en que el Gobierno reembolsa a los proveedores de capacitación, así como el apoyo a las entidades de capacitación existentes para implementar el proceso de siete pasos de Generation. Como resultado, los proveedores de capacitación han visto aumentar las tasas de empleo del 25 % a más del 80 % en unos pocos meses.

Creemos que los asociados de los sectores público y social podrían lograr mayores beneficios en materia de empleo e ingresos para los jóvenes si reorientaran los recursos hacia programas integrales que incluyan el monitoreo de datos. Esto es especialmente importante hoy en día cuando se observa el creciente impacto de la IA en el mercado laboral de los países de ingreso mediano, donde las vacantes de empleos de nivel inicial en profesiones con salarios dignos ya están disminuyendo. Por ejemplo, en nuestros países latinoamericanos, las ofertas de trabajos tecnológicos para principiantes han caído un 33 % desde principios de 2025 (Talent Neuron [i]). En India, las vacantes de empleos de nivel inicial en el sector tecnológico disminuyeron un 42 % entre el cuarto trimestre de 2024 y la fecha actual, y los puestos de vendedores con poca experiencia cayeron un 45 % en 2025.

El empleo por sí solo no pondrá fin a la pobreza. Los programas vocacionales y laborales deben dotar a los jóvenes de las habilidades adecuadas y el apoyo necesario para asegurar un empleo duradero.